Casa con 4 palmeras
Tudor Vlăsceanu
Patio COAR – Concéntrico 08
La arquitectura tiene el poder de definir el modo en que comprendemos y nos relacionamos con nuestro entorno. La forma construida genera un nuevo mundo en sí mismo estableciendo un nuevo sistema de referencia que nos permite extraer, dar sentido y experimentar fragmentos de nuestra realidad.
Casa con cuatro palmeras se sitúa en el centro del jardín del COAR. Llena el espacio vacío del jardín con un volumen inusual. Desde lejos, el objeto masivo, prácticamente opaco, casi simétrico y oscuro es autónomo. Es un objeto ideal. Su carácter es imperturbable y misterioso.
Desde el interior, se revela una nueva dimensión. El espacio está definido por cuatro grandes planos que se apoyan unos en otros hacia el interior. La estructura ayuda a este frágil equilibrio. El interior se percibe comprimido por el exterior. Hay un acto de resistencia que permite una lectura diferente de la realidad.
El espacio se abre solo hacia las cuatro palmeras y el cielo. Estos fragmentos vivos del contexto se entretejen y se unen, conformando en esencia la experiencia del espacio interior. Mientras que desde el interior el objeto se explica por sí mismo; es desde aquí donde aparece un nuevo exterior abstraído que nos hace imaginar.
Como excepción deliberada, el único elemento que rompe este dispositivo autorreferencial es el semicírculo que se abre hacia el norte. Esta ventana sigue un vocabulario formal diferente, resonando a un orden diferente, aunque superior o no necesariamente conocido.