39186 Habitaciones vacías
VAPAA Collective
Casa Farias
Con la colaboración del Instituto Iberoamericano de Finlandia
Desde 1970, el 68% de los vertebrados de la Tierra se han extinguido. En el caso de las criaturas más pequeñas y las plantas, es probable que la cifra sea aún mayor y una de las principales razones es el cambio que se ha producido en el uso del suelo en los últimos 50 años. La urbanización ha sido rápida y, como las sociedades occidentales contemporáneas trazan una línea clara entre los entornos construidos y los naturales, nuestras ciudades no se construyen teniendo en cuenta las necesidades de las especies no humanas. Aunque nos guste visitar la naturaleza, la mayoría de nosotros ya no vivimos entre ella. Cuando otros animales u organismos intentan habitar nuestros áticos o graneros, nos apresuramos a limpiarlos. A medida que las ciudades siguen creciendo, debemos encontrar formas de acomodar la naturaleza dentro de nuestras ciudades, si queremos detener la pérdida irreversible de biodiversidad. Esto significa que los arquitectos deben empezar a diseñar no sólo para los humanos, sino también para otros seres vivos. Los insectos polinizadores son especialmente importantes, ya que son esenciales para la producción de alimentos en la Tierra.
39186 Habitaciones vacías difumina la frontera entre lo humano y lo natural. Crea un santuario en el centro de la ciudad no sólo para las personas, sino también para otras especies. La instalación es una experiencia para los asistentes al festival, pero al mismo tiempo la estructura funciona como un hotel para insectos con decenas de miles de cavidades para que habiten los insectos polinizadores. La estructura permeable entrelaza las dos partes, la ciudad y la naturaleza, y nos obliga a preguntarnos qué debe cambiar en la sociedad, en nuestro sentido de la estética y en nuestras actitudes, para que podamos acoger a otras criaturas y organismos en nuestros entornos urbanos.
Después del festival, la instalación puede desmontarse en unidades más pequeñas, que pueden ser adoptadas por los ciudadanos para colocarlas en sus patios o balcones. De este modo, todos los asistentes al festival tienen la oportunidad de participar en el cambio y ayudar a mantener la biodiversidad en la ciudad.