El arquetipo de la casa
Collective X (Miguel Iván Hernández Cobos, Katarzyna Dominiak, Eduardo Romero García)
Viña Lanciano (Logroño, España) y Quinta do Seixo (Douro, Portugal) – Concéntrico 08
El arquetipo de la casa como dispositivo protagonista del paisaje. Hasta hace menos de un siglo, la forma icónica del arquetipo de la casa, aquella que guarda relación con la forma tradicional de una casa, era una forma reservada a la casa del hombre y a la casa de los dioses. Desde finales del siglo XX esta forma arquetípica se utiliza a menudo como dispositivo proyectual en otros tipos de edificios. Con ello se ponen de manifiesto los fuertes nexos psicológicos que perduran en la actualidad con la arquitectura tradicional que buscan la reafirmación de la identidad del individuo en la naturaleza y en la colectividad. De ahí que la forma icónica de la casa, reconocida en un poliedro de siete caras (casa a dos aguas), se reafirme como la forma universal de la arquitectura pues se trata de un arquetipo en el sentido junguiano.
La forma de la casa a dos aguas no solo redefine el concepto del arquetipo sino que también redefine su entorno al enmarcar el paisaje a través de los espacios entre planos, generando una serie de módulos donde el visitante puede contemplar de forma de individual o colectiva el entorno. Este espacio busca crear una atmósfera reflexiva y contemplativa respecto al contacto del hombre con la naturaleza.
Un elemento importante en el arquetipo de la casa es el vano central de la puerta, que se repite en todos los planos, haciendo que continúe el camino de tierra que se haya en el predio designado, y creando una sensación de continuidad e inmersión total en la atmósfera natural.